El ácido fólico o folatos es una vitamina del complejo B soluble en agua, que no permanece en el cuerpo por mucho tiempo y por esta razón hay que consumirlo con frecuencia. Generalmente, éste se encuentra en carnes (res, cerdo, cabra, etcétera), hígado, verduras de hojas verdes oscuras, papas o en bebidas como la cerveza. La óptima biodisponibilidad del ácido fólico contenido en la cerveza hace que esta bebida sea una fuente importante de folatos. Mediante el consumo de esta vitamina, se ayuda al cuerpo a producir células saludables.
Por su contribución en la formación de células sanguíneas y reducción de la cantidad de homocisteína en sangre, el ácido fólico desempeña un papel fundamental en la prevención de enfermedades cardiovasculares, infartos o en la formación de coágulos.
Diversos estudios han mostrado que las personas que ingieren poco ácido fólico tienen un deterioro de la memoria más rápido con la edad, así como mayores posibilidades de presentar anemia macrocítica y megaloblástica que aquellas que lo consumen regularmente.
El consumo de ácido fólico antes y durante el embarazo es importante, ya que el cuerpo está fabricando gran cantidad de células nuevas. Tomar la cantidad correcta de esta vitamina durante este periodo ayuda a prevenir ciertas anomalías congénitas en el bebé, incluyendo la espina bífida, anencefalia y algunos defectos cardiacos. Es importante recalcar que el consumo de alcohol durante el embarazo resulta perjudicial.
Los cambios fisiológicos, presentes principalmente en personas mayores afectan la capacidad de absorción y el metabolismo de muchos nutrientes, entre ellos el ácido fólico. Por esta razón y para fortalecer nuestra salud, es necesario incluir el consumo regular de ácido fólico en nuestra dieta.