A pesar de que en nuestro país existe legislación que protege de la exposición al humo de tabaco en sitios públicos a los no fumadores, la cual por cierto ha sido motivo de controversia, observamos que el tabaquismo continúa siendo aceptado socialmente, de manera que el número de fumadores involuntarios supera considerablemente al de consumidores de tabaco. Según información de la última Encuesta Nacional de Adicciones, en nuestro país el número de personas expuestas involuntariamente al humo de tabaco rebasa los 11 millones, de acuerdo con estas cifras, más de 25 millones de mexicanos estamos expuestos directa o indirectamente al humo de tabaco y consecuentemente a sus efectos.
El tabaquismo involuntario o pasivo se define como la exposición de un individuo no fumador al humo de tabaco ambiental (HTA) que es la mezcla de humo de tabaco apical que es el que atraviesa el filtro del cigarrillo más el humo de tabaco distal que se genera en la colilla y el humo que exhala el fumador, también se le conoce como “humo de segunda mano”. Sabemos que en el humo de tabaco hay más de 4500 sustancias químicas, de las cuales más de 200 son altamente tóxicas para el ser humano y 70 provocan cáncer. El contenido de partículas, carcinógenos y nicotina es mayor en el humo de tabaco distal, lo que se refleja en la composición del HTA que se encuentra en la atmósfera de las habitaciones en las que se encuentran uno o más fumadores.
Se ha observado que los adultos expuestos involuntariamente al HTA tienen una reducción de la función pulmonar así como un mayor número de infecciones respiratorias. Los niños expuestos a HTA son uno de los grupos más susceptibles a los efectos del tabaquismo pasivo ya que presentan un mayor riesgo de desarrollar infecciones respiratorias del tracto respiratorio inferior como neumonías y bronquitis, también presentan una mayor prevalencia de síntomas respiratorios como tos, tos productiva, sibilancias flema crónica así como otitis.
Asimismo, se ha observado que los niños asmáticos expuestos al tabaco presentan exacerbación importante de su sintomatología y un mayor número de crisis, incluso existen evidencias de que el HTA podría ser un factor etiológico involucrado en la aparición de esta enfermedad. Por otra parte, la otitis media serosa es estadísticamente más frecuente en hijos de padres fumadores.
Los infantes expuestos a humo de tabaco en su primer año de vida incrementan su riesgo (casi 30 veces mayor que en los nunca expuestos) de presentar el síndrome de muerte infantil súbita o síndrome de muerte en la cuna.
El riesgo de desarrollar cáncer pulmonar en fumadores involuntarios es mayor en los sujetos expuestos a HTA, en estudios epidemiológicos de esposas de fumadores se ha encontrado también un incremento de cáncer cervico-uterino y de mama, aunque en estos dos últimos tipos de neoplasias existen resultados contradictorios. En niños expuestos a HTA se ha reportado una asociación consistente con leucemia linfoblástica aguda.
Al igual que en el fumador activo, los efectos del tabaquismo pasivo son sistémicos y los podemos encontrar en diversos sitios del organismo. En el aparato reproductor, por ejemplo, se han observado en mujeres alteraciones de niveles hormonales, disminución de la fertilidad, incremento de abortos y mortalidad perinatal, asimismo se presenta una disminución de hasta 300 g en el peso de los hijos de estas mujeres así como una menor longitud corporal y circunferencia cefálica.
En el sexo masculino, se ha encontrado una disminución de la motilidad e incremento de alteraciones estructurales de los espermatozoides. Aunque el aspecto de las malformaciones congénitas relacionadas con la exposición a HTA continúa siendo un tema de controversia.
El tabaquismo pasivo también se ha asociado con un incremento en el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria, a través de los mecanismos ya establecidos para fumadores activos.
En uno de los estudios realizados por nuestro grupo de trabajo comparamos la exposición a humo de tabaco en un grupo de niños (120) de primero a cuarto año de primaria contra la de un grupo de 91 niños asistentes al servicio de urgencias de un Hospital General, encontramos que los niveles de cotinina urinaria (metabolito de la nicotina) eran estadísticamente mayores en los niños del hospital y que esto se correlacionaba con síntomas respiratorios como tos crónica, sibilancias y flemas.
Concluimos que la exposición a HTA es muy frecuente en México, por esto es importante hacer cumplir la legislación ya existente y evitar la exposición al humo de tabaco, especialmente en grupos susceptibles habitantes de ciudades altamente contaminadas como la ciudad de México, donde en épocas de frío los problemas ambientales se recrudecen a la par de las infecciones y problemas respiratorios. Asimismo, es necesario fortalecer las estrategias para la protección de los no fumadores tanto en el hogar como en sitios de trabajo y edificios públicos.
Por otra parte, los médicos deben de tomar en consideración la exposición a HTA en el niño como un factor de riesgo para padecimientos respiratorios y otras enfermedades, haciendo un interrogatorio minucioso al elaborar la historia clínica y brindar el mejor consejo a los padres para dejar de fumar, al menos en contacto con el niño. Recientemente se ha mencionado el “humo de tercera mano”, refiriéndose a la gran cantidad de sustancias tóxicas del tabaco que se quedan impregnadas en las manos y ropa del fumador y que al tomar en sus brazos a un niño pueden entrar en contacto con éste e ingresar a su organismo.
Asimismo, es importante mencionar que el personal de salud, y en particular los médicos, desempeñan un papel fundamental en la lucha anti-tabaco, no sólo informando a los pacientes sobre los riesgos del consumo de tabaco, sino también con su ejemplo. No hay nada más contradictorio que un médico que recomienda al paciente un estilo de vida sano y fuma enfrente de éste.
También consideramos que se debe proporcionar más información sobre los riesgos del tabaquismo involuntario a la población general y especialmente a padres de familia. Cada vez se acumulan más evidencias de los efectos adversos del tabaquismo pasivo, es entonces necesario proteger la salud de los no fumadores evitando su exposición a humo de tabaco ambiental.
Al fumar enfrentamos el riesgo de afectar nuestra salud y calidad de vida, y esa decisión nadie puede negarnos el derecho de tomarla. Sin embargo, al fumar en presencia de otras personas enfrentamos el hecho de NO RESPETAR su salud, y recordemos que nuestros derechos terminan cuando empiezan los de los demás…así que ahora que estamos por empezar un año nuevo, un excelente propósito para 2012 sería LIMPIAR TU AIRE DEL HUMO DE TABACO.
Dra. Guadalupe Ponciano Rodríguez
Directora del Programa de Prevención e Investigación del Tabaquismo
Facultad de medicina, UNAM
Consejo Mexicano Contra el Tabaquismo