Un desayuno balanceado, reduce hasta en 80 por ciento el consumo de productos altos en azúcares y grasas.
Con el inicio del periodo escolar, los padres de familia deben considerar al desayuno de sus hijos como el alimento más importante del día, ya que es fundamental para su crecimiento y desarrollo, pues el ayuno o un almuerzo mal balanceado disminuye hasta en 50 por ciento el rendimiento escolar de los menores, indican especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Coberturas del IMSS (ENCOPREVENIMSS) 2006, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es muy elevada desde la infancia; 9.5 por ciento en los menores de 10 años y de 30.9 por ciento en los adolescentes de 10 a 19 años.
El mismo estudio señala que el consumo de alimentos con riesgo potencial para la salud es muy elevado en el país e inicia desde edades muy tempranas; más del 50 por ciento de los menores de cinco años ingieren cotidianamente jugos de fruta industrializados y refrescos, con alto contenido de azúcar.
La nutrióloga Martha Ramírez García, de la Unidad de Medicina Familiar No. 40 del IMSS, indicó que los niños que no consumen alimentos antes de las clases muestran bajo aprovechamiento, debido a que no pueden concentrarse; presentan sueño, apatía y son más distraídos o inquietos.
Comentó que un desayuno balanceado ayuda a los pequeños a obtener mejor rendimiento físico y mental, por lo que el alimento previo a la escuela debe ser mayor en nutrientes y menor en grasas o azúcares.
“Un niño en edad escolar, es decir entre los 6 y 12 años, debe consumir entre mil 800 y dos mil calorías diarias; tan sólo el desayuno debe aportar entre 400 y 650. Algunos alimentos que se sugiere para la primera comida del día son: un vaso con leche, un licuado de frutas; un huevo, una taza de yogurt, medio sándwich de jamón de pavo o de atún, un tazón de cereal y fruta de temporada”, destacó la nutrióloga.
En lo que respecta al almuerzo para el recreo, recomendó que consuman fruta, sándwich o torta de jamón o pavo, zanahoria, jícama o pepino en rebanadas, y como postre una porción pequeña de frutas secas y una palanqueta, almendras o nueces.
Por su parte, Blanca Esquivel Roldán, del Servicio de Nutrición del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, explicó que la alimentación juega un papel significativo en su aprovechamiento y rendimiento académico, ya que provee nutrientes que sirven para mejorar su desarrollo psicomotriz y beneficia su estado físico, psíquico y nutricional.
Es importante, dijo, recordar que en la mañana el organismo ya ha pasado más de 8 horas en ayuno y no ingerir alimentos desencadena padecimientos como: gastritis, colitis, anemia, desnutrición y obesidad. En el caso de los niños el riesgo aumenta, ya que están en la etapa de desarrollo, y los padres deben de proveerlos de energía y vitalidad para el transcurso del día.
Subrayó que los menores que desayunan en casa reducen hasta un 80 por ciento el consumo de productos de alto contenido de azúcares y grasas que se expenden en la calle o algunas escuelas y que resultan dañinos para su salud: “Cabe señalar que en la etapa de la niñez se aprenden diversos hábitos y uno de ellos es el alimenticio. Ante ello, es necesario educarlos para comer saludablemente” señaló Esquivel Roldán.
Aconsejó a los padres de familia brindar a los escolares una cena ligera, a fin de que pasen una buena noche y al despertar tengan apetito; además de evitar el consumo en exceso de pan dulce, galletas embutidos, y altas dosis de azúcares, pues saciarán el hambre por un momento, sin embargo, al transcurrir media hora esta sensación regresa.
Finalmente, las especialistas coincidieron en que “sacar buenas calificaciones requiere algo más que haber estudiado mucho”, es importante también tener una buena alimentación, aprovechando que en nuestro país existe una amplia gama de frutas y verduras. El mayor beneficio será para los pequeños, al obtener calificaciones superiores y, sobre todo, un desarrollo integral en su vida futura.
Con el inicio del periodo escolar, los padres de familia deben considerar al desayuno de sus hijos como el alimento más importante del día, ya que es fundamental para su crecimiento y desarrollo, pues el ayuno o un almuerzo mal balanceado disminuye hasta en 50 por ciento el rendimiento escolar de los menores, indican especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Coberturas del IMSS (ENCOPREVENIMSS) 2006, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es muy elevada desde la infancia; 9.5 por ciento en los menores de 10 años y de 30.9 por ciento en los adolescentes de 10 a 19 años.
El mismo estudio señala que el consumo de alimentos con riesgo potencial para la salud es muy elevado en el país e inicia desde edades muy tempranas; más del 50 por ciento de los menores de cinco años ingieren cotidianamente jugos de fruta industrializados y refrescos, con alto contenido de azúcar.
La nutrióloga Martha Ramírez García, de la Unidad de Medicina Familiar No. 40 del IMSS, indicó que los niños que no consumen alimentos antes de las clases muestran bajo aprovechamiento, debido a que no pueden concentrarse; presentan sueño, apatía y son más distraídos o inquietos.
Comentó que un desayuno balanceado ayuda a los pequeños a obtener mejor rendimiento físico y mental, por lo que el alimento previo a la escuela debe ser mayor en nutrientes y menor en grasas o azúcares.
“Un niño en edad escolar, es decir entre los 6 y 12 años, debe consumir entre mil 800 y dos mil calorías diarias; tan sólo el desayuno debe aportar entre 400 y 650. Algunos alimentos que se sugiere para la primera comida del día son: un vaso con leche, un licuado de frutas; un huevo, una taza de yogurt, medio sándwich de jamón de pavo o de atún, un tazón de cereal y fruta de temporada”, destacó la nutrióloga.
En lo que respecta al almuerzo para el recreo, recomendó que consuman fruta, sándwich o torta de jamón o pavo, zanahoria, jícama o pepino en rebanadas, y como postre una porción pequeña de frutas secas y una palanqueta, almendras o nueces.
Por su parte, Blanca Esquivel Roldán, del Servicio de Nutrición del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional (CMN) La Raza, explicó que la alimentación juega un papel significativo en su aprovechamiento y rendimiento académico, ya que provee nutrientes que sirven para mejorar su desarrollo psicomotriz y beneficia su estado físico, psíquico y nutricional.
Es importante, dijo, recordar que en la mañana el organismo ya ha pasado más de 8 horas en ayuno y no ingerir alimentos desencadena padecimientos como: gastritis, colitis, anemia, desnutrición y obesidad. En el caso de los niños el riesgo aumenta, ya que están en la etapa de desarrollo, y los padres deben de proveerlos de energía y vitalidad para el transcurso del día.
Subrayó que los menores que desayunan en casa reducen hasta un 80 por ciento el consumo de productos de alto contenido de azúcares y grasas que se expenden en la calle o algunas escuelas y que resultan dañinos para su salud: “Cabe señalar que en la etapa de la niñez se aprenden diversos hábitos y uno de ellos es el alimenticio. Ante ello, es necesario educarlos para comer saludablemente” señaló Esquivel Roldán.
Aconsejó a los padres de familia brindar a los escolares una cena ligera, a fin de que pasen una buena noche y al despertar tengan apetito; además de evitar el consumo en exceso de pan dulce, galletas embutidos, y altas dosis de azúcares, pues saciarán el hambre por un momento, sin embargo, al transcurrir media hora esta sensación regresa.
Finalmente, las especialistas coincidieron en que “sacar buenas calificaciones requiere algo más que haber estudiado mucho”, es importante también tener una buena alimentación, aprovechando que en nuestro país existe una amplia gama de frutas y verduras. El mayor beneficio será para los pequeños, al obtener calificaciones superiores y, sobre todo, un desarrollo integral en su vida futura.