LaSalud.mx.- El embarazo es una etapa en la que las mujeres requieren de observación para el buen desarrollo del bebé, por lo que es necesario asistir de manera periódica al médico para su revisión.
La licenciada en Nutrición Luz Elena García García adscrita al Hospital de Gineco Obstetricia No. 221 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Delegación Estado de México Poniente explicó que el término de Pregorexia se utiliza para definir un desorden alimenticio que se padece durante el embarazo y que se relaciona con el miedo a engordar.
Uno de los componentes principales para promover un estilo de vida saludable durante la gestación es tener una apropiada ganancia de peso. Las señales de la pregorexia inician con una preocupación excesiva por la dieta y el aumento de peso, dejan de comer y aumentan su actividad física sin pensar en las consecuencias.
Cabe aclarar que la obesidad durante el embarazo es mucho más común que la pregorexia, los especialistas en alimentación y nutrición deben tener en cuenta la aparición de cualquier signo que indique que la mujer está muy preocupada por su imagen corporal más que en su salud y nutrición.
Indicó que algunos de los signos que pueden denotar esta enfermedad son: antecedentes de trastornos alimenticios, preocuparse más por las calorías que por la salud general, comer sola y omitir comidas.
La mujer puede desarrollar anemia, descalcificación, baja producción de leche después del embarazo además de aumentar el riesgo de alteraciones en el tubo neuronal y retraso de crecimiento intrauterino.
Destacó que cada trimestre es necesario aumentar la cantidad de los alimentos de manera equilibrada, se debe sumar una porción extra de alimentos de origen animal, leguminosas, cereal y fruta.
Un ejemplo de menú incluye: en el desayuno, dos enfrijoladas, una taza de fruta picada de temporada y un vaso de leche descremada; para la colación matutina, un yogurt natural con una manzana picada.
Para la comida, una taza de sopa de verduras, 90 gramos de pechuga, una taza de ensalada (zanahoria, naranja y ajonjolí), dos tortillas y dos vasos de agua de fruta con poca azúcar. En la colación vespertina puede incluirse una taza de gelatina y una taza de ensalada de verduras (nopales, jitomate y queso panela).
Y para la cena 90 gramos de atún, una taza de verduras cocidas, cuatro piezas de galletas y una taza de atole de avena.
Además de tomar los complementos de hierro y ácido fólico, tomar suficientes líquidos como agua natural, de frutas o té pero sin azúcar y evitar la ingesta de refrescos y jugos.
Por último, hizo la recomendación a las futuras mamás, realizar sus chequeos mensuales en su Unidad de Medicina Familiar y acudir inmediatamente en caso de notar alguna anomalía.