En el marco del Día Mundial de la Leucemia Mieloide Crónica

La unión de un pedazo del cromosoma 9 con el cromosoma 22 (cromosoma Filadelfia) tiene como efecto un aumento sustancial en la producción de una enzima llamada tirosina cinasa, situación que provoca la reproducción sin control de las células de la médula ósea, y por tanto, las células hematopoyéticas (madres) se transforman en glóbulos blancos.

Dicha reproducción excesiva de células afecta la formación de la sangre, pues en condiciones normales, el líquido se origina en la médula ósea y se producen glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Cuando dichas células maduran, asumen funciones especiales al circular en el torrente sanguíneo. Sin embargo, las células inmaduras, producidas por la modificación genética de los cromosomas 9 y 22, se acumulan y desplazan a las células normales,  y al fluir a través del aparato circulatorio y propagarse sin control, llegan a alterar el funcionamiento de los órganos.  

Además, su incremento en el flujo sanguíneo provoca que la sangre sea más espesa y tenga dificultades para circular por las venas y las arterias.  

Esta afectación recibe el nombre de leucemia mieloide crónica y, de acuerdo con, Silvia Rivas, jefa del departamento de hematología del Instituto Nacional de Cancerología, en México se presentan alrededor de 35 a 40 nuevos casos al año, con mayor incidencia en personas de entre 45 y 65 años y un ligero predominio en hombres. El registro actual de pacientes indica que hay alrededor de cinco mil 200 personas en México con esta variante de leucemia o cáncer de sangre.

En conferencia de prensa, la ex presidenta del Consejo Mexicano de Hematología señaló que en la mayoría de los casos el diagnóstico es tardío, ya que, al ser una enfermedad de difícil sintomatología, las personas afectadas no sospechan de su presencia. En muchos casos, asevero, se les detecta cuando acuden a realizarse exámenes de sangre para donar o revisiones médicas.

Los orígenes de esta variante de la leucemia  no son claros, afirmó la también especialista en medicina interna, quien aclaró que no es congénita y que se ha visto como posible causal la exposición a radiaciones, pues muchos casos han sido detectados en sobrevivientes de explosiones o accidentes nucleares o personas expuestas de manera constante a rayos X.

Los principales síntomas son cansancio, fiebre, pérdida de peso y de apetito, crecimiento del bazo y/o presión debajo de las costillas e incluso, en el caso de los hombres,  priapismo o erección prolongada.

De acuerdo con Rivas, la enfermedad puede avanzar de manera silenciosa por años, sin embargo, cuando se manifiesta puede provocar complicaciones como anemia, sangrado excesivo, hematomas, sangrado nasal o de encías, dolor de huesos y articulaciones e infecciones frecuentes.

El tratamiento

La única manera de “curar” esta enfermedad es el trasplante de médula ósea. Sin embargo, explicó la también investigadora, en México, sólo 30 por ciento de las y los afectados tiene posibilidad de acceso a un reemplazo de médula ósea.

Actualmente, aseguró, los nuevos tratamientos, cuya principal función es inhibir la acción de la tirosina cinasa, permiten controlar el padecimiento por varios años y permitir una supervivencia similar a la del resto de la población con un éxito en 90 por ciento de los casos. Dicho tratamiento, ya esta disponible en México desde 2010.

A fin de reflexionar sobre este tipo de leucemia, la primera reconocida como producto de una alteración genética, diversas organizaciones a nivel internacional plantearon que, en alusión a la modificación de los genes 22 y 9, se decretará el 22 de septiembre como el Día de la Leucemia Mieloide Crónica para dar a conocer al público en general la existencia de esta enfermedad, cómo se diagnostica y las diferentes alternativas de tratamiento existentes hoy en día.

Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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