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Destacado alumno con hemofilia ganó la Olimpiada del Conocimiento Infantil 2022

LaSalud.mx .- Luis Daniel Monroy Jiménez de 13 años, forma parte de los ganadores en la Olimpiada del Conocimiento 2022 (segunda etapa) de la Ciudad de México. Un reconocimiento a la excelencia de niños y niñas de sexto de primaria, quienes realizan un examen de conocimientos generales sobre español, matemáticas; ciencias naturales, entre otras materias.

Así lo dio a conocer Betina Jiménez, madre de Daniel, en una entrevista exclusiva con LaSalud.mx. Además de hablar del logro académico del menor, también abordó el tema de la hemofilia, padecimiento que le fue diagnosticado a Luis Daniel a los siete meses de nacido.

Durante su infancia, Luis Daniel también se convirtió en un ávido lector. Desde los cuatro años aprendió a leer y en tercero de primaria leyó 23 libros. En la actualidad también le gustan las matemáticas. Recientemente también ha logrado cumplir dos de sus mayores; participar en la Olimpiada del Conocimiento Infantil y estudiar en una escuela secundaria.

 “La primera etapa de la Olimpiada que él ganó fue la de su escuela; posteriormente la prueba de zona. Su siguiente participación fue la de alcaldías, ahí quedó en el primer lugar de Miguel Hidalgo, Cuajimalpa, Cuauhtémoc y Magdalena Contreras”, explicó Betina Jiménez Hernández.

Aunque todos los alumnos de sexto de primaria pueden participar en esta actividad, no todos pasan a la siguiente etapa. “Luis Daniel tuvo que ser el mejor de su salón para poder representar a su escuela; el mejor de la misma, para representar a su zona y ser el mejor de todo Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y otras alcaldías donde hay escuelas con alto prestigio y nivel académico. El resultado fue reflejo de su esfuerzo académico”, expresó Betina.

Así, Daniel obtuvo un diploma por ser el mejor estudiante de las alcaldías antes mencionadas. Pero lograrlo no fue fácil, sino que requirió de un trabajo arduo. Él y su madre se prepararon en casa, repasaron libros y utilizaron sus propios recursos, aquellos a los que recurren cuando la hemofilia se hace más presente. El mantener comunicación con las y los profesores de la escuela, realizar las tareas atrasadas y estudiar, ha permitido que Luis Daniel alcanzara un rendimiento acorde a su edad y ganará la Olimpiada.

Apesar de que Luis Daniel cuenta con un tratamiento médico, hay veces que al salir de la escuela le duele el pie y no puede caminar, de modo que para recuperarse y rehabilitarse debe reposar en casa. En consecuencia, falta mucho a la escuela. Pero, su condición no le ha impedido ser un estudiante de excelencia.

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Discriminación en el ámbito educativo

Betina relató también el momento en que una escuela rechazó la admisión de Luis Daniel debido a su enfermedad. “Me dijeron: ‘Esta no es escuela para su hijo, busque otra escuela’. Les dije: ‘¿Cómo no va a ser una escuela para mi hijo si no lo conocen?’. ‘Es que tiene una condición médica y nosotros no podemos trabajar con eso’ —contestaron. Eso es discriminación porque le negaron el derecho a mi hijo de recibir educación”.

Otra situación similar ocurrió cuando una maestra hacía bullying a Luis Danniel. Ella le dijo: “Tú te crees mucho porque te dan permiso de faltar, pero no sabes nada”. En palabras de Betina, la empatía es compleja, tanto que te pueden conceder todo sin exigir.

“Las escuelas tienen que recordar que los niños con condiciones médicas tienen derecho a una educación igual a la que reciben los que no tienen estas complicaciones”, afirmó Betina. El reconocimiento de Luis Daniel señala que un niño con hemofilia u otro padecimiento crónico es capaz de ser un alumno de excelencia.

Hemofilia, un padecimiento hereditario

Luis Daniel tiene hemofilia A grave, que representa alrededor del 80% de todos los casos y consiste en una deficiencia en el factor VIII de la coagulación. En la familia Jiménez existía un antecedente de hemofilia: el abuelo de Betina tenía esta condición. Entonces “Mi mamá era una portadora obligada, sin embargo, “en mi familia directa no se dio. Mi hermano no tiene hemofilia, peroyo le transmití ese gen con hemofilia a mi hijo”, compartió Betina Jiménez. 

“Al final del día, la genética no es como una receta de cocina, no vas a saber cuándo se presentará la mutación”, agregó. La incertidumbre es algo que estuvo presente para la madre de Daniel, puesto que portar el gen, no siempre significa que este vaya a detonar, así que “nosotros no estábamos seguros de si nuestro hijo iba a tener hemofilia o no. Cuando él estaba pequeño el pediatra sugirió que se le hiciera la circuncisión, por lo que pidió los estudios preoperatorios y sus TTPa (pruebas del tiempo de tromboplastina parcial activado), donde lo normal son resultados de 20 segundos. En Luis Daniel, el resultado fue de 120 segundos”.

Pese a ello, “los resultados no podían ser certeros porque Luis Daniel era un recién nacido y su sangre aún no podía revelar la ausencia de factor con claridad. Fue hasta los 7 meses que, por sugerencia médica, realizamos una segunda revisión para poder conseguir resultados más certeros”, relata Betina.

A pesar de tener un precedente familiar, Betina no estaba familiarizada con la enfermedad, “no sabía nada de hemofilia. Mi abuelo ya había fallecido y no tenía un referente del avance de la medicina en el campo de la enfermedad.

La labor de una cuidadora primaria

Betina Jiménez es, además de madre, la cuidadora primaria de Luis Daniel.  Ella atiende, en primera instancia, las necesidades físicas y emocionales de su hijo. A veces, también es maestra debido a la necesidad de mantener a su  hijo al corriente con sus tareas y materias.

“Yo, como cuidadora primaria, me convierto en extensión de la escuela, en facilitadora de conocimientos, aparte de mamá. Ambos repasamos la materia. Vamos leyendo, platicando. Esa es la parte más valiosa de todo esto”, pues existe el estigma de que los niños con algún padecimiento no pueden aspirar a la excelencia académica.

Por lo tanto, el reconocimiento de la Olimpiada del Conocimiento Infantil fue un trabajo en equipo de la familia y la escuela. Que requirió un esfuerzo mayor tras año y medio de pandemia en el que no hubo clases presenciales, pues incrementó el rezago educativo. La labor de Betina fue estimular a su hijo al decirle que no hay límites, pues “las limitaciones a veces las ponemos nosotros”.

Lo importante es que la comunidad con hemofilia sepa que, con trabajo, se pueden cumplir los sueños. Por ello, Betina los invita a que sueñen y que busquen la forma de alcanzar sus metas, aunque no sean exactamente como las querían. “Si quieres aventar la piedra del otro lado del río tírale a la luna, seguramente a la luna no llegas, pero al otro lado del río sí”.

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Acerca Redacción

Equipo de redacción de la red de Mundodehoy.com, LaSalud.mx y Oncologia.mx

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