Hematologia.mx.- Desde el 2012, cada 5 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Mieloma Múltiple, efeméride instituida en España por la Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia (AEAL), con el objetivo de informar y concienciar a la sociedad sobre este tipo de cáncer sanguíneo que es el segundo en prevalencia tras el linfoma de Hodgkin, que afecta a los huesos.
Este Día Mundial, es un llamado de los pacientes para que se siga invirtiendo en investigación, compartan su experiencia, reciban el apoyo necesario tras el diagnóstico, así como información útil y comprensible que ayude a mejorar la calidad de vida de los afectados y de sus familias.
El mieloma múltiple es un tipo de cáncer de la sangre caracterizado por la proliferación de células plasmáticas, las cuales se multiplican sin control en la médula ósea y forman tumores en las áreas de hueso sólido, también hace que sea más difícil para la médula ósea la formación de plaquetas y células sanguíneas sanas.
Por lo general suele diagnosticarse en pacientes con edades comprendidas entre los 60 y los 65 años.
La incidencia del mieloma múltiple, neoplasia que representa en torno al 1% del total de tipos de cáncer, se establece en torno a 4 nuevos casos por cada 100.000 habitantes.
Dicho padecimiento también es conocido como: Enfermedad de Kahler, Mieloma de células plasmáticas, Mielomatosis o Plasmocitoma medular.
Causas
La causa exacta del mieloma múltiple no es clara. El antiguo tratamiento con radioterapia aumenta el riesgo de este tipo de cáncer. El mieloma múltiple afecta principalmente a los adultos mayores.
Síntomas
El mieloma múltiple con frecuencia causa un bajo conteo de glóbulos rojos (anemia), lo cual puede llevar a que se presente fatiga y dificultad respiratoria. Puede también ocasionar un bajo conteo de glóbulos blancos, lo que genera una mayor probabilidad de contraer infecciones. La baja de plaquetas puede ocasionar sangrado anormal.
A medida que las células cancerosas se multiplican en la médula ósea, se presenta dolor en los huesos o en la espalda, casi siempre en las costillas o la espalda.
Si el cáncer prolifera en los huesos de la columna, se puede presentar presión sobre los nervios y provocar entumecimiento o debilidad de brazos o piernas.