-Recientemente se ha estudiado de manera frecuente el papel de la Vitamina C asociado a efectos benéficos en procesos patológicos en donde predomina el estrés oxidativo como son enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, inflamatorias (asma, lupus, entre otras,) e incluso el cáncer-
Una de las vitaminas responsables para el buen desempeño de muchas de las funciones de nuestro cuerpo es la Vitamina C, también conocida como ácido ascórbico. Nuestro país es productor y exportador de una gran variedad de alimentos que contienen Vitamina C, tales como el limón, naranja, toronja, guayaba, mango, piña, jitomate, brocoli, entre otros, y que por fortuna podemos aprovechar y consumir frecuentemente, sobre todo cuando son de temporada. ¿Pero qué es lo que nos proporciona esta gran sustancia? Para empezar es un componente que el cuerpo humano no puede sintetizar o formar, por tanto debe ser ingerido a través de determinados alimentos (principalmente de origen vegetal) donde está presente.
Entre sus múltiples funciones, a nivel celular se destaca su capacidad antioxidante, esto quiere decir que previene el daño provocado por los radicales libres, sustancias que al ser muy inestables provocan daño celular como inflamación que deriva en enfermedad y envejecimiento. Es considerada uno de los antioxidantes más eficaces, al ser el primero en ser consumido, constituyendo por lo tanto la reacción inicial de defensa.
“Recientemente se ha estudiado de manera frecuente el papel de la Vitamina C asociado a efectos benéficos en procesos patológicos en donde predomina el estrés oxidativo como son enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, inflamatorias (asma, lupus, entre otras,) e incluso el cáncer, menciona Alicia Velásquez Garibay, Directora General de Recorrido por la Salud®. “Entre otras de sus importantes funciones, se encuentra la síntesis de colágena, proteína fibrosa que está presente en huesos, cartílagos, tendones, vasos sanguíneos y piel, es por ello que la vitamina C es uno de los ingredientes activos más ampliamente usados en la cosmetología”.
Aprendamos más de la Vitamina C
¿Que más beneficios obtenemos de la Vitamina C? Pues bien esta sustancia participa en la formación hepática de Carnitina, molécula encargada de la degradación o utilización de las grasas ingeridas, favorece la absorción de hierro en el intestino y confiere resistencia ante el resfriado común.
“Es relativamente sencillo cubrir con la ingesta recomendada siempre que se incluyan verduras y frutas frescas en la alimentación diaria”, menciona por su parte, David Jiménez,
Nutriólogo y Representante de Dirección y Sistemas de Calidad de Recorrido por la Salud®. “Resulta primordial tomar en cuenta que esta vitamina es susceptible al daño por la luz, el calor y el almacenamiento. La luz solar directa puede causar la pérdida total de Vitamina C de los alimentos con sólo veinte minutos de exposición. Para cocinar los alimentos se recomienda el uso de ollas de presión ya que el tiempo de exposición al calor es menor. La refrigeración y la congelación rápida ayudan a conservar la vitamina, utilizar el agua en la que se cocieron las verduras evita que se desperdicie esta sustancia”.
La deficiencia de Vitamina C, comenta, produce escorbuto, enfermedad carencial que resulta del consumo insuficiente de dicho componente y que conduce en la disminución en la capacidad del organismo para sintetizar colágena, lo que conduce a fragilidad capilar, derrames sanguíneos en la piel, mala cicatrización, anemia, caída de piezas dentales, somnolencia entre otros síntomas, todos estos signos se manifiestan después de 45 a 80 días de privación de Vitamina C.
“La recomendación de ingesta diaria para evitar la aparición de escorbuto son de 10 mg diarios, pero para mantener una adecuada salud en general se deben ingerir es de 60 mg/ día, a pesar de su utilidad previamente descrita, el consumo de dosis elevadas de esta vitamina no se absorbe en el intestino si no que se desecha en la orina”, detalla David Jiménez.