Con el tiempo, los niveles irregulares de azúcar en la sangre del enfermo de diabetes pueden causar graves consecuencias en su salud. Éstas incluyen ataques al corazón y otras afecciones cardíacas, %u201Cderrames%u201D cerebrales, problemas en los riñones, en el aparato digestivo, en ojos, dientes y daños a los nervios.
Para evitar este tipo de complicaciones, los pacientes deben mantener azúcar (glucosa) dentro de los niveles de recomendados(entre 70 y 100 miligramos por decilitro). Para llevar a cabo esta tarea cuentan con varias opciones farmacéuticas; sin embargo, el medicamento que deben ingerir dependerá del tipo de diabetes que tenga, así como del horario y otros problemas de salud que padezcan.
Medicinas para cada tipo
Quienes padecen diabetes tipo 1 deben administrarse insulina, ya que su cuerpo ha dejado de producirla; su programación dependerá de la rutina diaria y del tipo que tome, ya que existen cuatro formas de hacerlo.
La insulina puede suministrarse mediante diferentes maneras, como inyecciones, bombas, inyectores a chorro o infusores; no obstante, algunos posibles efectos secundarios pueden hacerse presentes, entre los que destaca el aumento de peso.
Para suministrar la insulina mediante inyecciones, los pacientes deberán aplicarla con aguja y jeringa. Algunas personas usan un dispositivo que se parece a una pluma de escribir que tiene una aguja en la punta.
La bomba de insulina es una máquina pequeña que se coloca en un cinturón, en un bolsillo o en una bolsa fuera del cuerpo. Es más o menos del tamaño de un teléfono celular, se conecta a un pequeño tubo de plástico y a una aguja muy pequeña, la cual se introduce bajo la piel y permanece allí por varios días.
El inyector a chorro de insulina es un dispositivo que se parece a una pluma de escribir grande que envía un fino rocío de insulina a través de la piel, con aire de alta presión en vez de una aguja.
Para usar el infusor de insulina se introduce un pequeño tubo justo debajo de la piel que se deja en su sitio durante varios días; la insulina se inyecta en el extremo del tubo en vez de a través de la piel.
En tanto, para la diabetes tipo 2 además de un plan de comidas saludables y actividad física, quienes la padecen deben tomar píldoras para mantener sus niveles deseados de azúcar en la sangre. En algunos casos es necesario tomar tanto píldoras como insulina.
Existe una gran variedad de fármacos disponibles. Algunas personas toman dos o tres tipos de píldoras, mientras otras ingieren pastillas que combinan diferentes medicinas en una misma tableta.
Si las píldoras no permiten alcanzar los niveles deseados de azúcar en la sangre podría ser necesario consumir una dosis más alta, tomar otra (además de la que le prescribió el médico), cambiar a otro tipo de píldora, empezar a ingerir insulina o emplear otra medicina inyectable.
Entre los medicamentos empleados por los pacientes con diabetes destacan los Sulfonilureas mejor conocidos con los nombres glibenclamida, glimepirida, gliburida, clorpropamida y glipicida, los cuales ayudan al páncreas a producir más insulina y a utilizar de mejor manera la que produce.
Para que este tipo de medicamento funcione, el páncreas debe producir algo de insulina; sin embargo tiene algunos posibles efectos secundarios que incluyen bajos niveles de glucosa en sangre (hipoglucemia), dolor de estómago, erupción cutánea o picazón y aumento de peso.
Otro medicamento es la metformina (Met-FOR-min), éste ayuda a bajar el nivel de azúcar en la sangre al reducir la producción de glucosa por el hígado y también disminuye la cantidad de insulina en el cuerpo.
Algunos posibles efectos secundarios de la metformina incluyen náuseas, diarrea, debilidad o dificultad al respirar y un sabor metálico en la boca. Las personas con problemas renales y las que beben más de dos bebidas alcohólicas por semana no deben consumirla.
En tanto, los inhibidores de alfa glucosidasas, conocidos con el nombre de acarbosa y miglitol, bloquean las enzimas que digieren el almidón presente en los alimentos. Esta acción provoca un aumento menor y más lento de la glucosa en la sangre durante el día, pero principalmente justo después de las comidas.
Ni la acarbosa ni el miglitol provocan hipoglucemia cuando es el único medicamento que se usa en el tratamiento de la diabetes. Estas pastillas se toman 3 veces al día, con el primer bocado de cada comida.
Los posibles efectos secundarios incluyen problemas estomacales (gases, inflación y diarrea), los cuales desaparecen rapidamente.
Otro fármaco empleado es la Tiazolidinedionas, el cual se conoce como pioglitazona y rosiglitazona, estos medicamentos hacen a las células más sensibles a la insulina, ya que puede mover la glucosa de las sangre a las células para ser utilizada como fuente de energía.
La pioglitazona se toma normalmente una dosis al día, mientras que la rosiglitazona se puede ingerir más de una vez, con o sin comida. Los posibles efectos secundarios de la pioglitazona y rosiglitazona incluyen aumento de peso, anemia e hinchazón de las piernas y tobillos.
Asimismo, en la diabetes gestacional, la mayoría de las mujeres la controlan con el empleo de un plan de comidas saludables y un programa de actividad física. Sin embargo, existen algunas que necesiten tomar insulina para alcanzar sus niveles deseados de azúcar en la sangre.
Algunas medicinas para la diabetes pueden provocar náuseas o malestar estomacal, sobre todo cuando una persona empieza a tomarlas. Es por ello que se recomienda hablar con su médico sobre los posibles efectos secundarios y cómo se pueden prevenir. En caso de presentar complicaciones es aconsejable acudir cuanto antes con un especialista.