La Trombosis Venosa Profunda (TVP), comúnmente conocida como “Trombosis del Viajero” o “Síndrome de la Clase Turista,” se refiere a la formación de coágulos sanguíneos en las venas profundas de las piernas debido a la falta de movilidad y el espacio reducido durante trayectos largos en avión, tren, autobús o automóvil. A pesar de su nombre, esta afección no distingue entre clases de pasajeros y puede afectar a cualquier viajero.
La TVP suele manifestarse durante o inmediatamente después del viaje, aunque en algunos casos los síntomas pueden aparecer semanas más tarde. Los signos más comunes de la TVP incluyen hormigueo, hinchazón en la pantorrilla o el muslo, dolor en una extremidad, cambios en la coloración de la piel, dilatación de las venas, aumento de la temperatura corporal y dificultad para caminar. En situaciones más graves, la formación de coágulos puede dar lugar a una embolia pulmonar, caracterizada por síntomas como dolor en el pecho, dificultad para respirar, latidos cardíacos acelerados, mareos o pérdida de conocimiento. En casos extremos, esta condición puede ser mortal, y se requiere atención médica inmediata.
La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) advierte que la aparición de trombosis venosa está relacionada con viajes de larga duración, particularmente aquellos que superan las 4 horas de vuelo y son más pronunciados en trayectos de 8 horas o más. Uno de los desafíos clave es que la mayoría de estos coágulos no presentan síntomas iniciales, lo que dificulta su diagnóstico.
El diagnóstico clínico se basa en la presencia de dolor, hinchazón y enrojecimiento en un tramo específico de la pierna, generalmente sobre o debajo de la pantorrilla. Para confirmar la TVP, se emplea una prueba sencilla y no invasiva llamada ecografía doppler.
Factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de TVP incluyen la edad avanzada, antecedentes de trombosis previas, cirugía reciente, embarazo, uso de anticonceptivos orales, obesidad, cáncer y predisposición genética. Durante los viajes largos, la inmovilidad prolongada, la deshidratación, la disminución de los niveles de oxígeno y una presión atmosférica reducida también pueden influir en la coagulación sanguínea.
Para minimizar el riesgo, se recomienda evitar ropa ajustada, mantener una hidratación adecuada y realizar ejercicios de contracción y extensión de las piernas durante el vuelo o el viaje en tren. En algunos casos, se sugiere el uso de medias de compresión o fármacos que interfieran con la coagulación sanguínea.
La TVP es una afección seria que merece la atención de los viajeros, especialmente aquellos en viajes largos. Estar informado y tomar medidas preventivas puede ayudar a garantizar un viaje más seguro y saludable.
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