Los adultos con la forma más común de leucemia linfoblástica aguda (LLA), un tipo de cáncer de la sangre, suelen responder a los tratamientos iniciales, pero la enfermedad vuelve o el tratamiento no tiene ningún efecto. Ahora, estos pacientes cuentan con otra opción de tratamiento, un tipo de inmunoterapia llamada terapia de células T con CAR.
El 1 de octubre, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó el uso de la terapia de células T con CAR brexucabtagén autoleucel (Tecartus) para adultos con leucemia linfoblástica aguda de células B precursoras (LLA-B) que es resistente al tratamiento o que recidivó (volvió). El brexucabtagén es la primera terapia de células T con CAR aprobada para adultos con LLA.
La aprobación se basó en los resultados de un estudio clínico pequeño de fases 1 y 2 llamado ZUMA-3 que incluyó a más de 50 adultos con LLA-B (recidivante o resistente al tratamiento) que recibieron brexucabtagén. A los 3 meses de recibir el tratamiento, más de la mitad de los participantes tuvieron remisión completa, es decir, no presentaban signos de cáncer. En muchos de los pacientes, esa respuesta duró más de 1 año.
“No hemos observado respuestas ni duraciones de respuesta como estas”, recalcó el investigador principal del estudio, el doctor y máster en Ciencias Bijal Shah, del Centro Oncológico Moffit.
Esta es la segunda aprobación que la FDA otorga para el uso de brexucabtagén. En agosto de 2020, se aprobó para tratar a algunos adultos con linfoma de células de manto.
Al igual que en estudios anteriores del brexucabtagén, la mayoría de los participantes tuvieron efectos secundarios, incluso tasas altas de una afección inflamatoria grave llamada síndrome de liberación de citocinas y problemas neurológicos. Dos participantes murieron por una reacción adversa al tratamiento.
Aunque los efectos secundarios suelen ser graves, los posibles beneficios del brexucabtagén los superan, indicó el doctor Shah. “Estos síndromes se presentarán, pero suelen desaparecer en [la mayoría de] los pacientes. Se aliviarán, y después del tratamiento, tendrán la posibilidad de una remisión”.
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La LLA-B se llama así porque se forma en las células B, que son un tipo de glóbulo blanco. Aunque es más frecuente en los niños, también afecta a los adultos.
En los últimos 20 años, los investigadores lograron aumentar mucho la supervivencia de los niños con LLA-B, en gran parte, porque modificaron y mejoraron los regímenes de quimioterapia.
Con algunos de esos mismos regímenes, “se mejoraron los resultados para los adolescentes y adultos jóvenes con LLA-B de hasta 39 años de edad”, comentó la doctora Shira Dinner, de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, que no participó en el estudio ZUMA-3.
Sin embargo, añadió que en las personas mayores con LLA-B no tuvo este efecto favorable.
“Para los adultos de 40 años o más, el pronóstico sigue siendo malo”.
Aunque los adultos con LLA-B tienden a responder a otros medicamentos, incluso al blinatumomab (Blincyto) y al inotuzumab ozogamicina (Besponsa), el cáncer suele volver. La mediana de supervivencia general después del tratamiento con cualquiera de estos dos medicamentos es menor de 8 meses.
Aunque los resultados mejoraron con estas nuevas opciones de tratamiento, la doctora Dinner señaló que “una de las limitaciones de esos tratamientos, así como de las quimioterapias más tradicionales, es que la remisión sigue siendo muy breve”.
Cuando el cáncer vuelve después del tratamiento con estos medicamentos, el siguiente paso suele ser un trasplante de células madre. Pero este procedimiento no es una opción para muchos pacientes. Algunos “ya tuvieron un trasplante, no cuentan con un donante o no cumplen con los requisitos para recibir un trasplante por la edad u otros problemas médicos”, comentó la doctora Dinner.
“Para los pacientes sin la opción de un trasplante de células madre, podría ser una buena alternativa”, agregó la doctora Dinner.
El brexucabtagén se relacionó con resultados de supervivencia prometedores. Más de la mitad de los pacientes en el estudio de ZUMA-3 cuyos tumores respondieron al tratamiento seguían vivos 22 meses después, sin que se alcanzara la mediana de supervivencia.
“Todavía no puedo decir que [el brexucabtagén] sea un reemplazo para un trasplante de células madre, pero… en cuanto a la duración de la respuesta y los resultados de supervivencia hasta la fecha, es el tratamiento más prometedor que tenemos”, indicó la doctora Dinner.
DZ
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